Esta es nuestra historia, que comienza un 18 de diciembre de 1960. Se dice rápido, 61 vueltas al Sol son muchas vivencias que contar. Los años sesenta: bajo una dictadura. en la Costa Brava estallaba un turismo de sol y playa, 600, guatecas… A velocidad de vértigo nos convertimos en “El Paraíso Mediterráneo”.

En ese preceso momento mis abuelos se embarcaron en un viaje (si fuera una travesía por el mar, diríamos que navegando en un laúd de remos). Abrieron una taberna llamada «La Masía». Mi abuelo, Pere Segura Buixader, y mi abuela, Cinta Sayols Serra. Él, Camarero de solera; ella, con un amor y delicadeza que hacía que todo lo que salía de su cocina fuera exquisito por el paladar de sus comensales, haciendo humilde y trabajadora.

Una cocina sencilla de proximidad, con todo lo que nos da este mar tan fabuloso de nuestra tierra: anchoa salada en casa, calamares de potera a la plancha, carajos con tomate… Servido acompañado de vermuts, aceitunas y un buen pan con tomate.

La abuela siempre me explica que no entendía nada de lo que le decían los “foresteros”, pero mirando sus caras ya se daba por satisfecha.

Así, poco a poco, de taberna pasaron a convertirse en pensión, de nombre “Can Segura” (¡cómo no!).

Los años pasaron y llegó el momento del relevo. A los abuelos les tocaba descansar.

Este llagut iba de camino a ser una barca de vela “viento en popa a toda vela”. Mi padre, Jordi Segura Suyols, criado entre fogones, la barra y cajas de Caca-cola, y mi madre, Consol Pérez Moreno, ambos trabajando conjuntamente de sol a sol, y haciendo su nido en una pequeña habitación de la pensión. Emprendedores natos y muy luchadores.

Ellos lo hicieron crecer con talento y constancia, siguiendo el mismo camino que los acis, y por lo que siempre hemos apostado: sencillez, cocina casera de proximidad y mucho, mucho amor. La barca de vela se convertía poco a poco en una barca de palangre que sigue navegando con mucha fuerza contra viento y marea, con puestas de sol preciosas y amaneceres espectaculares.

Y aquí estoy yo, siguiendo la esencia pura del inicio de aquel viaje, recordando a los que están ya los que ya no, retomando sus pasos con amor y valentía y siguiendo el legado que me toca. Tres generaciones Segura.

Y también gracias a ti que formas parte de esta esencia, ya que con su confianza nos ha hecho llegar hasta aquí.

Nuestras puertas seguirán abiertas por muchos años más, mejorando cada día junto a todo nuestro equipo (sin ellos tampoco podría ser posible) como pequeño Hotel Restaurant Familiar con cocina de proximidad, casera y unos arroces… mmm…Cuidando cada detalle y haciendo sentirse como en casa.

Porque el viaje aún no ha terminado!!! Os esperamos!!